Movidos por el éxito que ha tenido cada entrega del Curso de Iniciación a la Aerografía que publicamos entre los meses de junio y julio, desde Artesanía Latina decidimos que lo mejor era recopilar toda la información en un e-book descargable en formato PDF para que tengáis recopilada toda la información en un mismo lugar, esperamos que os sea de utilidad.
Finalizamos con esta sexta entrega el Curso de Aerografía de Artesanía Latina, tratando la limpieza y los cuidados necesarios para mantener nuestro aerógrafo como nuevo.
Como habréis oído y leído hasta la saciedad, lo primordial para el correcto funcionamiento y mantenimiento del aerógrafo es su limpieza. Existen utensilios que nos facilitan mucho la tarea y que antes o después por la comodidad que ofrecen terminaremos teniendo en nuestro taller: mini escobillas, limpiaboquillas o estación de limpieza, por ejemplo.
La combinación de estos utensilios con otros más habituales como bastoncillos de algodón y papel de cocina hacen que la limpieza resulte rápida y eficiente.
¿Cómo limpiar el aerógrafo?
Es necesario limpiar el aerógrafo cada vez que acabemos de utilizarlo, por tanto, supongamos que hemos acabado de usarlo y queremos limpiarlo. El proceso que recomendamos debería ser algo parecido a lo que explicamos a continuación, mucho más fácil y rápido de realizar que de explicar con palabras:
1. Retirar el resto de pintura del depósito: puede expulsarse o devolverse al bote original de la pintura.
2. Llenar el depósito de disolvente hasta una tercera o cuarta parte de su capacidad. Con un pincel o bastoncillo de algodón, limpiar las paredes del depósito.
3. Volcar el aerógrafo y tirar el contenido del depósito.
4. Repetir el paso 2.
5. Expulsar a través del aerógrafo el contenido del depósito.
6. Limpiar con papel de cocina el depósito.
7. Retirar el conjunto de la boquilla.
8. Sacar la aguja del aerógrafo hacia delante. Limpiarla con un poco de papel de cocina mojado en disolvente.
9. Humedecer una miniescobilla en disolvente e introducirla por el orificio de la aguja, desde la boquilla hacia atrás. Limpiar la miniescobilla con papel de cocina y repetir el proceso hasta que salga limpia.
10. El paso 5 debió dejar limpio el interior de la boquilla, comprobarlo y retirar la suciedad si se encuentra.
11. Con un bastoncillo mojado en disolvente limpiar el interior del aerógrafo (donde asienta la junta de la boquilla) y el protector externo de la misma.
12. El aerógrafo está limpio, volver a montarlo.
Consideraciones finales
Cuando decimos disolvente nos referimos al producto adecuado para la disolución de la pintura que se usó. El disolvente puede ser agua, alcohol, aguarrás, disolvente universal, etc. Debe usarse lo adecuado para la pintura que se va a limpiar.
Si se usa disolvente universal para la limpieza hay que tener cuidado con las juntas de goma del aerógrafo y retirarlas antes, o el disolvente las dañará sin remedio.
Y hasta aquí ha llegado este curso introductorio a la aerografía. Esperamos sinceramente que os haya servido de utilidad y como siempre, os animamos a hacernos las sugerencias que creáis conveniente sobre qué temas tratar o qué otros cursos preparar. Gracias por estar ahí.
Hoy seguimos con la tercera parte del Curso de Aerografía de Artesanía Latina, adentrándonos en el conocimiento de la propia herramienta en sí, el aerógrafo. Suele haber entre los que usan un aerógrafo por primera vez un gran temor a estropear esta herramienta de precisión que tan delicada parece. Otros más valientes se lanzan directamente a experimentar y a usar su nuevo “juguete” y en muchas ocasiones efectivamente acaban lamentando que su herramienta se ha estropeado, aunque ni mucho menos esto último sucede en todos los casos.
El Aerógrafo
Lo que sí está claro es que tanto un caso como otro se solucionan de la misma forma: para el buen uso de nuestro aerógrafo es necesario conocerlo. Conocer su despiece, cómo desmontarlo y cómo volverlo a montar permite realizar con confianza la limpieza de la herramienta, procedimiento básico para que funcione correctamente y se mantenga en buen estado.
Por todo ello lo primero que se debe hacer al adquirir un aerógrafo es tomarlo junto con sus instrucciones y desmontarlo y montarlo varias veces hasta hacerlo con soltura y conociendo todas sus partes. Tendremos siempre especial cuidado al manipular las piezas más sensibles: boquilla y aguja.
Una vez conocemos la herramienta podemos conectarla al compresor, ponerlo en marcha y comprobar que sale aire correctamente al accionar el gatillo. Como vemos en la imagen inferior, las conexiones son rápidas y sencillas.
Primeros ejercicios con el aerógrafo
Una vez que hemos llegado a este punto, podemos preparar y cargar en el depósito pintura para realizar las primeras pruebas. Usaremos pintura acrílica muy diluida para que la limpieza posterior resulte muy fácil con agua o alcohol, y dispararemos sobre algún cartón o pieza inservible probando distintas distancias de pulverizado.
Ejercicios propuestos
1. Trazad líneas rectas intentando controlar el flujo de pintura para que éstas tengan el mismo grosor a lo largo del recorrido. Empezad trazando líneas gruesas y acabad con unas líneas tan finas como podáis. En varios sentidos: horizontal, vertical y diagonal.
2. Haced pruebas con la distancia de aplicación para comprobar el cambio de tono, desde el color sólido hasta el difuminado. Para ello deberéis jugar con la distancia de aplicación.
Como apunte final os diremos que para una mayor vida útil de vuestra herramienta, es imprescindible guardar el aerógrafo siempre limpio, tema que trataremos un poco más adelante, junto con otros, como el proceso de pintura.
Hoy seguimos con la segunda lección de nuestro curso de aerografía, esta semana hablaremos sobre los primeros aspectos a tener en cuenta una vez que hemos decidido iniciarnos en este arte.
Vamos a llevar a cabo la compra de un equipo de aerografía y nos encontramos en un mar de dudas al descubrir la existencia de múltiples modelos de aerógrafo y compresor, que a primera vista nos parecen iguales. Intentaremos en este artículo dar explicación a las dudas más frecuentes y comentar otros materiales necesarios y/o recomendables.
1. El aerógrafo
Puede ser de acción simple o doble.
Acción simple: Se trata básicamente de un pulverizador, un pulsador permitirá la salida de aire y pintura sin posible regulación.
Acción doble: En este caso, el mecanismo permite controlar tanto el flujo de aire como la cantidad de pintura a la que damos paso.
El aerógrafo de acción simple puede tener su utilidad para cubrir grandes superficies o barnizar, pero el de doble acción permite una precisión y un control que son totalmente deseables en nuestros trabajos, por lo que inicialmente os recomendamos que adquiráis un aerógrafo de acción doble.
Una de las características más importantes del aerógrafo es el diámetro de su boquilla, que viene a ser el paso de pintura máximo que permite. Para los trabajos más habituales en modelismo se usan boquillas de entre 0.2 y 0.6 mm.
2. El compresor
A pesar de no recibir a veces la importancia que merece, el compresor es pieza básica de cualquier equipo de aerografía. Muchos problemas de quien se inicia en el uso del aerógrafo parten de no disponer de un flujo de aire constante y limpio. Veamos los tipos de compresores que encontramos en el mercado:
Compresores de membrana: La mayoría de los modelistas empezamos usando uno de ellos aunque no sea ni mucho menos lo ideal. El flujo de aire se produce a pulsos, no es totalmente constante. Tienen como inconvenientes que no permiten regular la presión de aire y que hay que apagarlos habitualmente para que no se calienten en exceso, momento en el que empiezan a introducir humedad en el aire (lo cual es un problema cuando se forman gotitas de agua y el aerógrafo las escupe junto con la pintura).
Compresores de pistón: evolución de los anteriores. El flujo de aire es más constante y algunos incluyen regulación de la presión y filtro de aire. Presentan muchos menos problemas en lo que a tiempo de uso y generación de humedad se refiere.
Compresores con calderín: En este tipo de compresor el motor no nos entrega el aire directamente al aerógrafo sino que lo almacena en un depósito, desde el cual fluye a una presión totalmente constante. Incluyen filtro de aire y manómetro para regular la presión. El motor arranca y para automáticamente para mantener en el depósito una presión correcta.
3. Otros elementos
Necesitaremos una manguera de presión para conectar el aerógrafo al compresor. En caso de que las roscas no coincidan en algún punto no habrá problema pues existen todo tipo de racords y adaptadores.
Existen accesorios que si bien no son imprescindibles nos facilitarán el trabajo como los soportes para aerógrafos, tomas y conexiones rápidas para trabajar con más de un aerógrafo cómodamente o utensilios específicos para la limpieza, son algunos de ellos.
Especial mención merecen las cabinas de pintura, que recogen la suciedad y olores que se producen durante el trabajo expulsándolos al exterior mediante un extractor.
Y hasta aquí llega esta segunda lección del Curso de Inciación a la Aerografía de Artesanía Latina, la semana que viene nos iniciaremos en el uso del aerógrafo. Os animamos a comentarnos cualquier duda que tengáis o tema que os gustaría que tratásemos en este blog.
Os confesamos que hoy estamos muy orgullosos de comenzar este mini-curso de iniciación a la aerografía, desarrollado por el equipo de modelistas de Artesanía Latina. El curso constará de seis lecciones que iremos publicando cada semana en este mismo blog, y cuyos títulos os indicamos a continuación:
¿Por qué necesito un aerógrafo?
Primeros pasos en la aerografía
Iniciaciándonos en el uso del aerógrafo
El proceso de pintura
Enmascaramiento
Limpieza y cuidados del aerógrafo
Nos gustaría recibir todos los comentarios que consideréis pertinentes a lo largo de cada lección para que así mejoremos los contenidos tanto de cursos futuros como de este blog de modelismo que cada día recibe nuevos seguidores y lectores. Sin más rodeos, comenzamos con la primera lección introductoria, que esperamos os sea de utilidad.
1. ¿Por qué necesito un aerógrafo?
Todo modelista suele enfrentarse, más bien pronto que tarde, a la que quizá sea una de las mejores inversiones que llevará a cabo en su hobby: «abandonar» el pincel para pasarse a la aerografía.
El aerógrafo es una pistola de pintura en miniatura. Por poner un ejemplo, a todos nos produciría un gran shock si comprobásemos que en el taller de chapa y pintura donde reparan nuestro vehículo lo hicieran usando una brocha; el mismo shock pero a la inversa produce en el acabado de nuestras maquetas a escala el cambiar los pinceles por un aerógrafo.
El aerógrafo produce capas de pintura mucho más finas y uniformes que un pincel, respetando por ello mucho más los pequeños detalles y formas de nuestras maquetas. Permite asimismo técnicas y acabados que con un pincel son imposibles de realizar: bordes difusos, uso de pinturas de imitación realista de metal o texturizado de superficies son algunas de ellas.
A todo ello podemos sumar que el aerógrafo no es sólo una herramienta específica de modelismo. Disponer de este utensilio nos abre un mundo artístico en diferentes campos como pueden ser la ilustración, la decoración de pastelería o el maquillaje.
La semana que viene seguiremos adentrándonos en el arte de la aerografía con la segunda lección de este mini-curso: Primeros pasos en Aerografía.