Tradicionalmente, la costumbre ha sido dejar las maquetas de barcos con la madera al descubierto, sin una capa de pintura por encima. Sin embargo, en la realidad todos los barcos se pintaban de una forma u otra con los medios disponibles en la época para proteger la madera del agua.
El modelismo naval busca reflejar lo más fielmente posible sus modelos originales. Por eso en Artesanía Latina nos esforzamos al máximo para que los barcos tengan todos los detalles, hasta los más pequeños, para que sean réplicas exactas de sus antecesores. Sin embargo, a la hora de construir la maqueta se suele olvidar un detalle muy importante: la pintura del barco.
Hay que tener en cuenta que los primeros barcos se construían con madera, desde las carracas del siglo XII hasta los grandes navíos de vela del siglo XIX. No fue hasta finales del siglo XIX que el hierro y el acero comenzaron a sustituir a la madera, así como el vapor sustituyó a los veleros.
Es entonces lógico que se necesitase proteger la madera de los barcos para que ésta durase el máximo tiempo posible sin estropearse. El método para ello era aplicar una capa de pintura al caso del barco, una vez se había llevado a cabo el calafateado1 del mismo. Más tarde se empezaró a forrar también la obra viva2 del barco con metal, para proteger aún más la madera de los efectos del agua.
Como vemos en esta foto, la réplica de la fragata “L’Hermione La Fayette” se ha construido pintándolo exactamente como el original. Para ponernos un poco en situación, esta fragata se construyó en 1778, en el astillero naval de Rochefort, Francia.
Desde Artesanía Latina te recomendamos dar una capa de pintura a tus maquetas navales, para darles así el último toque de realismo que hará que parezca que tienes el barco original en tu casa.
1* Calafateado: proceso mediante el cual se introducía entre las tablas del casco una combinación de cáñamo y brea u otros materiales, con el fin de evitar la entrada de agua en el barco.
2* Obra viva: es la superficie sumergida del casco.